Localizado a 43.5 Km al noreste del centro de la ciudad de México, su principal atractivo turístico es el Museo Nacional del Virreinato el cual utiliza como infraestructura lo que fue el colegio jesuita de San Martín y San Francisco Javier, así como el templo de San Pedro Apóstol.
Actualmente goza de la categoría de «Pueblo Mágico de México».
El Museo Nacional del Virreinato que se encuentra en esta localidad se considera que es un museo dentro de otro, pues está alojado en una hermosa muestra arquitectónica del barroco mexicano (conjunto conventual del siglo XVII). Reúne una importante colección del arte virreinal. La vasta colección que expone este bello museo abarca un extenso número de expresiones religiosas que se manifestaron en el campo de la pintura, la escultura y las artes menores y aplicadas. En las salas se concentran colecciones de la época virreinal como invaluables piezas de cerámica, plata, oro, muebles, esculturas y textiles. En el interior de la iglesia son impresionantes los retablos dorados que datan del siglo XVIII y que ocupan los muros de ésta. También de notable belleza es el Camarín de la Virgen, cuyas paredes están totalmente decoradas con argamasa policromada
Toponimia
El nombre de Tepotzotlán es de origen náhuatl, está compuesto por los vocablos: Tepōtzohtli, "joroba" y Tlan, "entre o Junto". La traducción sería "Junto al Jorobado", probablemente en alusión a que este lugar se localiza frente a unos cerros que semejan jorobas.Historia
Tepotzotlán estuvo poblado por los otomíes, quienes posteriormente fueron sometidos al Señorío de Cuautitlán. Después de la Conquista, se convirtió en una dependencia del Convento de San Francisco de Cuautitlán; posteriormente, en 1580, Tepotzotlán fue cedido a los jesuitas para continuar la evangelización. y al ser asi todo cambio.(Acceso el 29 de septiembre del 2011)http://es.wikipedia.org/wiki/Tepotzotl%C3%A1n
Dirección: Plaza Hidalgo No. 99. Tepotzotlán, Estado de México.
Horario: Martes a Domingo de 9 a 18:00 hrs.
Horario: Martes a Domingo de 9 a 18:00 hrs.
El Museo Nacional del Virreinato es uno de los museos más importantes de México. Su labor es ofrecer a la sociedad experiencias de educación y goce, a partir de la apreciación del periodo virreinal en la Nueva España para fortalecer y dar a conocer la memoria histórica del país.
Durante el virreinato de la Nueva España, el inmueble perteneció a la Compañía de Jesús. En su interior funcionó uno de los colegios jesuitas más importantes, el Colegio Noviciado de San Francisco Javier y en la actualidad su templo es una de las obras barrocas del siglo XVIII más importantes del continente americano.
Los integrantes de la Compañía de Jesús llegaron a la Nueva España en 1572 con el objetivo de apoyar las labores de evangelización y la educación de los hijos de españoles que habitaban las ciudades recién formadas. En el año de 1580 arribaron al pueblo de Tepotzotlán, posteriormente establecieron un colegio de lenguas indígenas para los jesuitas. Poco tiempo después fundaron también el Colegio de San Martín para los hijos de los indígenas nobles y más adelante, el Colegio de San Francisco Javier, pues el ambiente invitaba a las novicios a la reflexión y el estudio.
En 1767, el rey Carlos III ordenó la expulsión de los jesuitas de todos los reinos españoles. El inmueble que albergó los tres colegios de Tepotzotlán quedó abandonado hasta 1774, año en el que el arzobispado instituyó el Colegio Seminario de Instrucción, Retiro Voluntario y Corrección para los clérigos que funcionó pocos años. En 1933, el inmueble fue declarado monumento nacional y en 1964, se estableció el Museo Nacional del Virreinato. .(Acceso el 28 de septiembre del 2011)Alojado en un espectacular ex conjunto conventual este museo es una verdadera joya que no puedes dejar de conocer durante tu próxima visita a Tepotzotlán.
El Museo Nacional del Virreinato es uno de los pocos existentes en el país, que puede considerarse como un logrado concepto de un museo dentro de otro, pues por una parte el recinto que lo aloja constituye una importante muestra arquitectónica del barroco en México durante el siglo XVIII y por la otra reúne una atractiva colección de importantes objetos que fueron creados durante el periodo virreinal.
El gran edificio que lo aloja es poseedor de una larga y complicada historia que se inicia a fines del siglo XVI con la llegada de los religiosos de la Compañía de Jesús con el objeto de establecer un noviciado, en el lugar que hoy es Tepotzotlán.
Aunque ya existía una pequeña parte del colegio, la construcción se vio reforzada por una decisión testamentaria de don Pedro Ruiz de Ahumada que fue instituido como patrón del noviciado. Las obras de edificación que incluían el colegio y su templo anexo se iniciaron hacia el año de 1606 y se continuaron por espacio de muchos años, pues algunas partes del templo fueron concluidas apenas cuatro años antes de que los jesuitas fueran expulsados de la Nueva España.
La vasta colección que expone el Museo Nacional del Virreinato abarca principalmente un extenso número de expresiones religiosas que se manifestaron en el campo de la pintura, la escultura y las artes menores y aplicadas.
Después del acceso al Museo Nacional del Virreinato, se encuentra el primer claustro, conocido como Patio de los Aljibes, en cuya planta baja se expone una serie de 16 magníficos óleos realizados por el afamado pintor novohispano Cristóbal de Villalpando. Entre ellos se plasman paisajes importantes de la vida de San Ignacio de Loyola.
En la misma parte baja de este claustro se distribuyen una serie de pequeñas salas que fueron adaptadas en los espacios del colegio. En ellas se expone un sinfín de objetos que comprende distintos periodos históricos, desde los viajes de Cristóbal Colón realizados entre 1492 y 1503, hasta la consumación del proceso de colonización del territorio mexicano, pasando por la ruta de Cortés, la primitiva división territorial de la Nueva España, la conquista espiritual, el crecimiento económico del país en la época de la Colonia, las expresiones arquitectónicas y los estilos desarrollados, y la mezcla de las razas, entre muchos otros.
En cada una de ellas se pueden observar una gran cantidad de objetos de la vida diaria de aquel entonces y paneles explicativos, amén de extraordinarias muestras artísticas con temas religiosos como pinturas realizadas por maestros como Martín de Vos, los Echave, Nicolás y Juan Rodríguez Juárez, el propio Villalpando y Miguel Cabrera, además de una gran cantidad de óleos anónimos de los siglos XVII y XVIII; hay también esculturas, vestidos, mobiliario, joyería de oro y plata, vidrio y cerámica.
Entre las áreas del Museo Nacional del Virreinato es indispensable visitar la sala de marfiles, con su bellísima muestra de Cristos y figuras religiosas esculpidas en este material y el templo dedicado a San Francisco Javier anexo al colegio, magistral obra del barroco mexicano con una hermosa fachada de cantera tallada y un excelente interior cuajado de retablos también de estilo barroco.
Diremos brevemente que la construcción de este recinto se inició en el año de 1670 y fue terminada hacia 1682 bajo la supervisión del arquitecto José Durán de Almendranejo, aunque posteriormente sufrió algunas modificaciones y reedificaciones a manos de competentes artistas del siglo XVIII, como en el caso de la portada que fue obra del arquitecto barroco Ildefonso de Iniesta Bejarano.
En lo que se refiere a su interior, también apuntaremos que los retablos que adornan el Museo Nacional del Virreinato fueron construidos hacia 1753 por el maestro tallador Higinio de Chávez y el pintor oaxaqueño Miguel Cabrera, quien además pintó algunos lienzos para las paredes del templo.
Se trata de un lugar único donde se tiene la oportunidad de conocer y de admirar detalles sobre el ex colegio jesuita de San Francisco Javier y de la vida de sus antiguos moradores. Al mismo tiempo, descubrir los rincones de un edificio colonial de una gran belleza y conocer de cerca cientos de piezas de arte que reflejan la forma de pensar y de actuar de quienes vivieron en los siglos XVI al XIX.
Uno de los principales atractivos del lugar, actualmente convertido en el Museo Nacional del Virreinato, son los retablos de la iglesia de San Francisco Javier, que diseñó el destacado pintor oaxaqueño Miguel Cabrera y que ejecutó el escultor Higinio de Chávez, en el siglo XVIII.
Los retablos son una obra de especial belleza que integran una amplia gama de imágenes, de esculturas y de decoraciones talladas en madera de cedro blanco, recubiertas en hoja de oro de 23.5 kilates.
La iglesia y el ex colegio jesuita se construyeron en honor de San Francisco Javier, en el siglo XVI. Fue un santo misionero de la Compañía de Jesús que hizo labor de evangelización en la Nueva España, el cual murió en Asia, ese mismo siglo.
La devoción que le mostraron los integrantes de la Compañía de Jesús al misionero, se reflejó en las tallas que ocupan el retablo central donde puede verse a San Francisco Javier rodeado por la Virgen María y sus padres, San Joaquín y Santa Ana; San José y el Niño Dios -esposo e hijo de María, respectivamente-, y San Juan Bautista -primo de Jesús-. Todos integran una explicación teológica de la familia.
Otros dos retablos principales, fueron los que se dedicaron a la Virgen de Guadalupe y a San Ignacio de Loyola, cuya elaboración se atribuye también al pintor Miguel Cabrera, según consta en un contrato antiguo que fue descubierto por investigadores del museo. .(Acceso el 28 de septiembre del 2011)
El legado de esta fusión de razas y culturas permite apreciar un espléndido conjunto arquitectónico levantado frente a una plaza, donde luce una cruz atrial de piedra labrada con imágenes de la Pasión de Cristo. Al fondo destaca la imponente fachada de la iglesia de San Francisco Javier, cuya construcción se inició en 1670 y concluyó en la primera mitad del siglo XVIII. Entre las tallas, la imagen de Francisco Javier encabeza a un grupo de santos jesuitas en medio de una profusa ornamentación, donde resalta el uso de la columna estípite que se extiende hacia los dos cuerpos de la torre.
El interior de la iglesia, que desde 1964 pertenece al Museo Nacional del Virreinato, es notable por la belleza de sus diferentes retablos, todos tallados en madera de cedro con revestimiento de lámina de oro de 23 y medio quilates. El retablo principal está dedicado a San Francisco Javier y en él se pueden apreciar algunas de las pinturas de Miguel Cabrera así como los tallados de Higinio Chávez. Otros de igual belleza e importancia son los dedicados a la Virgen de Guadalupe, a San Ignacio de Loyola, a la Virgen de la Luz y a San José.
En la parte posterior se encuentran El Camarín de la Virgen y la capilla El Relicario de San José, verdaderos atractivos a los que se llega por el pasillo lateral y donde se aprecian otras obras de Cabrera, así como pisos de mosaicos del siglo XVIII.
Además de la iglesia, el Museo Nacional del Virreinato contiene una importante colección de objetos relativos a la historia colonial del país, como una muestra de 20 pinturas del célebre artista novohispano Cristóbal de Villalpando con la historia de San Ignacio de Loyola. También se exhiben diversos objetos de uso religioso y civil, entre ellos una escultura en madera, cera y pasta de caña de maíz; una colección de utensilios de plata; imágenes talladas en marfil relacionadas con el comercio con Oriente; cerámicas, armaduras, arte plumario, textiles, armas, muebles y una extensa biblioteca histórica con cuatro mil ejemplares que incluyen algunos incunables. En sus jardines esplende la fuente original del llamado Salto del Agua, la cual remataba el viejo acueducto que nacía en Chapultepec.
Los días de visita son de martes a domingo, de nueve a 18 horas. El costo de admisión completa es de 49 pesos. La entrada es gratis para menores de 13 y mayores de 60 años, y para discapacitados, estudiantes, maestros y jubilados con credencial vigente.(Acceso el 28 de septiembre del 2011)
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